Son insectos que necesitan alimentarse de sangre (principalmente humana) para crecer y poner huevos. Se encuentran más activos cuando dormimos y reposamos; caminan hasta donde nuestra piel esta expuesta, inyectan una sustancia ligeramente anestésica y comienzan la succión de la sangre.

Una hembra pone entre 5 y 7 huevos semanales y en caso de contar con las condiciones adecuadas llegará a poner entre 200 y 500 huevos a lo largo de toda su vida. Aproximadamente a los 10 días de la puesta se produce la eclosión de los huevos y emergencia de las ninfas, que ya se alimentan de sangre, tardarán entre 2 y 4 meses en llegar al estadio adulto completando su crecimiento; pueden llegar a vivir aproximadamente un año.